jueves, 1 de diciembre de 2011

El wáter atascado

Ya llevo un tiempo viviendo en Long Island, en el estado de New York, y en el transcurso del tiempo uno va viendo cosas que escapan de toda lógica o cuanto menos sorprenden a un auténtico pota blava. Este es el primer post de un nuevo blog y voy a comenzar con un clásico, lo primero que me llamó la atención a las pocas horas de pisar estas tierras, al estar en un bar y tener la urgencia de aliviar la ingesta de cerveza.

La cuestión es que llego al lavabo, ¿y qué me encuentro? Leches, el wáter está atascado porque llega el agua hasta la mitad de la taza. ¡Y todos están igual! Así que me arriesgo, tengo que aflojar mi vegiga antes de que explote. Si se desborda cuando active la cisterna saldré corriendo y me haré el loco. Por suerte todo aquello empezó a dar vueltas en un inmenso remolino que arrastró todo el contenido hacia el caño. ¡Uff! Qué momento de tensión...

El momento terrorífico
Parecidos razonables
¿Lo peor? Cuando tienes que pasar a fase 2 y aquello parece la escena de Piratas del Caribe, cambiando los barcos por... ¡Maldita imaginación!